domingo, 21 de septiembre de 2008

Bosque imaginario

¡Qué extraño...! Siempre dejo todo a última hora. Son las 11:00 horas y aún no estoy segura qué escribiré. Ayer, hubo sido un día distinto, muy diferente y quizás extraño. Un día para meditar y reflexionar acerca de mi vida.

Tal vez malgasto mucho tiempo pensando en lo que he hecho en el pasado, y lo que debo hacer en el futuro, y me he olvidado de mi presente.

Ayer fue uno de esos días donde hay una ligera sonrisa en mi rostro, y siento que estoy entre las nubes, que me encuentro en el paraíso y que la frescura y la paz están tan presentes que puedo tocarlas y acariciarles el rostro con apenas rozarlas un poco.
Siento cómo mi alma y mi cuerpo se transportan y están libres. Libres corriendo en medio de un pequeño sendero del bosque rodeado de grandes árboles; con el frescor de la brisa rozando mis mejillas, y el viento helado dispersarse entre mis dedos y brazos abiertos de par en par. Siento alzar vuelo como mariposa en pleno verano.
Siento cómo mi cuerpo, alma y espíritu se encuentran en un total equilibrio

Siento la brisa helada, de nuevo, rozando mis mejillas y puedo ver cómo el cielo parcialmente nublado le abre paso a un gran rayo de luz que choca contra esa laguna de aguas azules oscuras y reflejan un gran arcoiris que se expande a lo largo de ella.

Siento un bosque tranquilo, callado, pasivo, donde la paz reina en total amornía, donde no hay tristezas, no hay maldad, no hay pesares... sólo hay sosiego, quietud, serenidad, reposo, pacidez, paz, calma, bonanza... SILENCIO.

Exactamente lo que necesitaba... silencio

Hoy en día, es tan difícil y complicado escuchar el silencio, y pensarás - «¿Escuchar el silencio? ¿es éso posible?» - y sí, sí lo es.

He aprendido a escuchar el silencio durante la estadía en este bosque pacífico e imaginario donde vuelven y se renuevan mis ilusiones, donde planean mis sueños y se reconstruyen mis utopías, donde se alzan mis fantasías y se transforman en realidad mis ilusiones.

Siento que estoy dentro de este bosque imaginario donde no quisiera salir jamás.

Quiero abrirle la puerta al presente y darle entrada al futuro; y pensar que pueden venir cosas mejores con el paso del tiempo. Quiero estar aquí, callada, inmóvil, respirando aire puro, sintiendo la tranquilidad de la inmensidad. Quiero quedarme en este bosque imaginario, que sólo existe dentro de mis pensamientos por siempre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me gusto mucho tu forma de escribir, todos tenemos ese bosque en frente pero no encontramos la forma de verlo me gustaria vivir en ese bosque imaginario y ser tu mejor vecino
dhante alexxander...